Escalando

lunes, 30 de mayo de 2011

Nuevo fin de semana en Pirineos

El pasado fin de semana, coincidiendo con mi cumpleaños decidí pasarlo con un grupo de amigos en Pirineos, el objetivo era el Aneto, objetivo fuera de mi alcance según una gran parte de amigos, las amigas confiaban más en mí, porque comparada con ellas quizás esté fuerte y con ellos no.
Bueno objetivo no conseguido, por decisión propia y del calor y cansancio y esa vena hedonista que que de vez en cuando me sale, eso me pasa con muchos libros, me leo el final y así puedo disfrutar del resto del libro si no a veces leo tan rápido que no disfruto. Me ha pasado una cosa curiosa, he vuelto a releer todos los libros de Fred Vargas (ella los escribe en sus días de vacaciones, yo los leo en una tarde) y me he dado cuenta de que me había perdido muchas cosas y en algunos incluso no recordaba el final, igual al año que viene repito ....
A lo que íbamos, estaba asustada por lo que había leído, escuchado y ciertas caras de estupefacción cuando dije que igual me iba al Aneto, en cambio estoy rodeada de gente que ha ido dos veces a pirineos y una de ellas al Aneto entonces me debatía entre la sorpresa y el susto. Al final la semana se complicó, viaje a Madrid miércoles, lo cuál rompe el ritmo, final de curso viernes (algo tenso este año, aunque al final bastante bien) y preparados listos ya, salimos sobre las tres de la tarde rumbo a Benasque.
Compré unas tortitas para celebrar el cumple y la duda estaba en como subirlas al refugio si que llegarán hechas migas (objetivo conseguido).
Al final llegamos a las 10 a la Besurta (dónde se dejan los coches, esto es para los no iniciados claro), cargamos las mochilas, con las tortas entre el tubo de la mochila y la tapa y para arriba.... llevábamos unos 15' andando y vi que no tenía luz, descargue, me fui al coche con el frontal de Raúl y pillé pilas y como soy algo supersticiosa ya pensé mal empezamos. Cenamos y a dormir, dejé mochila preparada, me levanté a las 5 desayuné, y a las 6 estaba preparada, entre unas cosas y otras salimos a las 6:30 el ritmo al principio bien pero al final me fui quedando atrás, cansada, mi ritmo es otro lo que sea y mi falta de práctica ...bueno chachano seguí hasta que ya vi un nevero un poquito más hielo y decidí ponerme los crampones y seguir en un rato que me encontré a Paco y a Emili un poco antes de la última pendiente del collado dónde se coge el Portillón, pero cuando llegué ahí habían desaparecido. Pregunté y me dijeron que para arriba, y fui para arriba, volvía a preguntar y me dijeron que ese camino llevaba a las Maladetas, para abajo, cogí el sendero hasta un punto con unas piedras la huella subía para arriba y la seguí, hasta llegar al pluviómetro, pero allí no encontraba ningún punto accesible, y la gente había desaparecido hasta que volví a preguntar y ya me indicaron el camino.
En el Portillón de entrada no me apetecía nada bajar, pero en ese momento vinieron unos chavales de Mora de Rubielos y les pedí ayuda y baje con ellos, paramos en las primeras piedras comí algo, estaba desmayada y uno de los chavales se ajusto el crampón y siguieron yo decidí ir a mi ritmo hasta donde me apeteciera, el paisaje era impresionante y abrumador, esa sensación de vacío y de sentirse nada, si eso es así aquí como debe ser en los Alpes o en el Himalaya.... y disfruté me sentía más que cansada un poco cardíaca pero me dije: va voy a seguir hasta al menos 3000 metros (en mi altimetro) y seguí pero el calor era insoportable y me paraba en cada piedra casi y cuando llegué me paré y descansé hasta que alguien del grupo este de vuelta (se lo había comentado a los chavales)..... pero era tanto el calor que no pensé si vuelvo al Portillón ahí parece que hay algo de sombra  y decidí volver. En el camino de vuelta me encontré a gente con pinta si no más, al menos tan agotada como yo pero ellos seguían yo no, Por qué? he ahí la pregunta
Mi decisión en ese momento fue porque me dije a mi misma, hasta aquí he disfrutado, el paisaje es espectacular, el día magnífico, auqneu con mucho calor, a partir de ahí podía seguir pero bajar para mí iba a ser un suplicio (estuve en el glaciar del Aneto una hora y media más o menos) y decidí es mi cumpleaños y he venido a disfrutar.... y sea sincronismo o qué ayer tenía un mensaje en mi blog (el otro) en un entrada que me encanta y que resumo en esta frase:

Lo que nos conviene puede ser reconocido por dos características: crecimiento y alegría. Un crecimiento que no conduce a la alegría puede ocultar la imposición de un territorio que no es el nuestro. Una alegría que no produce crecimiento puede estar larvada de triste resentimiento.
                                                                           El deseo según Gilles Delouze, Maite Larrauri/Max
Y esto se puede aplicar, a quien amamos, a las personas que nos encontramos en el camino, a las aficiones y como no a la montaña. 
Juan me ha dicho que  por qué no me conformo con hacer excursiones, bonitas por el Pirineo si no tengo energía para subir al Pico que lo podría pasar igual de bien, pero la respuestas es porque conformarse cuando se puede alcanzar la luna, marte, saturno, urano,.... si me hubiera conformado, si hubiera hecho caso a todos los que me han dicho alguna vez en la vida: dejaló que tu no vales, no puedes o algo equivalente,  nunca hubiera salido de mi pueblo, nunca hubiera estudiado, nunca hubiera aprendido todo lo que he aprendido y no estaría trabajando donde estoy trabajando y no podría vivir la vida que llevo, que es la vida que he elegido. 
En estos momentos de mi vida, me siento plena,  he conseguido tener unas aficiones que me permiten crecer y me dan alegría de vivir, la montaña, el cine, la lectura y los amigos, unos amigos y amigas que son lo mejor y con los que disfruto de una charraeta, de una salida en grupo, un paseito por la montaña, los libros y las películas que compartimos  y  estoy rodeada de gente que me quiere, me estima y me valora. Además, no sé si es privilegio de la edad, del trabajo realizado hasta ahora  y por supuesto de esa componente de suerte que esta ahí si uno la busca, pero casi me siento libre y aprendo día a día cosas nuevas y eso para mí es fundamental, el día que deje de aprender ........ y visto y confronto la vida con ese hedonismo tan vital .... me viene al quite una conversación con una compañera que evaluando mi vestimenta me dijo:
Lourdes no sé si eres consciente de como vas vestida o es que no te importa, me quedé un poco sorprendida pero en ese momento se me ilumino la cara con una sonrisa y le dije gracias ¡ES VERDAD NO ME IMPORTA! y me sentí libre  
Las fotos, no he hecho muchas me sentía abrumada y emocionada por el paisaje...
Además, para completar la crónica tengo que darle las gracias a Jesús un Zaragozano que me encontré en el camino (me dijo que subía todos los años al Aneto) con su conversación y compañía baje hasta el final de la nieve bastante cómoda y bien, ya en la piedras apareció Juan un poco abrumado no sé que le daba más miedo que hubiera subido o que no, creo que en el fondo tenía miedo que subiera (por mí claro) y bajé con él las piedras ya casi al final se unió Juanjo (uno del grupo nuestro) y nos tomamos cervecitas y acuarios los tres.... al sol...
Al día siguiente
Al día siguiente paseito hasta Aiguallús y luego hasta un lago que conecta con el valle de Aran ...relajadito y para estirar las piernas, eso si reventada por las botas y el cansancio del día anterior ...




Almorzando en el lago

En el lago, al fondo el valle de Aran
 
Mi amigo Pepe cuando le conté la experiencia me dijo: cuanto me alegro que subieras hasta el glaciar y que hayas llegado hasta ahí...... y pensar que todo empezó en aquella subida al Puigcampana con los chicos: José Luis, Pepe, Isidro, Juan Luis, Fernando y Carolina..... he buceado, subido montañas, he escalado....cosas que no me atreví ni pensar antes..... y por supuesto escribo y llevo dos blogs ... cada vez más confundibles entre sí, si no fuera por las fotos.....
 REVISANDO ME HE ACORDADO DEL SIGUIENTE POEMA
 Seré siempre un ideal e indigno amante
de los largos viajes y los azules mares,
y moriré una tarde, como todas las tardes,
sin rasgar la turbia línea de los horizontes.
Hacia Madrás, Singapur, Argelia y Sfax
partirán como siempre orgullosos los barcos
y yo, inclinado en un despacho ante mapas naúticos
haré sumas en gruesos libros de contabilidad.
Dejaré ya de hablar de lejanos viajes,
mis amigos creerán que ya los he olvidado
y mi madre contenta dirá a quien pregunte:
"Fue un capricho juvenil, pero ahora ya ha pasado ...."
Pero mi propio yo una tarde ante mí se alzará
y una razón, como juez despiadado, me pedirá
y esta mano mía indigna que tiembla se armará, señalará y sin miedo golpeará al culpable.
Y yo que tanto deseé ser enterrado un día
en algún mar profundo de las lejana Indias,
tendré una muerte común y muy triste
y un entierro como los entierros de muchos hombres.


                Nikos Kavadias
 
No quiero que a mí me pase lo mismo .........