Escalando

viernes, 4 de noviembre de 2011

Nepal, vuelta a los Annapurnas

Tengo que hacer una entrada que de alguna forma permita acercar a mis amigos y recordarme en épocas futuras este viaje que acabo de terminar. La realización del mismo se debió a un cúmulo de circunstancias, dado que siempre he sido catalogada por mis amigos como poco viajera. Hablando de puntos como remarcaba Steve Jobs en su discurso en la universidad de Stanford (la noticia de su muerte la daban el día que yo salía de viaje, 6 de Octubre), todo es cuestión de puntos que se conectan y como no podemos conectarlos hacia delante, lo hacemos con posterioridad.
Mi amigo Pepe se fue a Nepal sería el año 2003 ó 2004 y cuando volvió me dijo Lourdes no dejes de ir y no tardes mucho porque está cambiando a unas velocidades, el había perdido 7 u 8 kilos pero se lo veía feliz y de hecho repitió en el 2008, ya con una opción más montañera. En el 2009 mi amigo Juan me propuso hacer la vuelta a los Annapurnas yo en principio no sentía que pudiera ir pero ahí Pepe volvió a insistir y me dijo no pierdas por nada del mundo esa oportunidad. Pero todo se torció, Juan se cayó en Pirineos dos veces la primera se le salió el hombro y la segunda el codo y tuvimos que anularlo. Las cosas han cambiado desde entonces y no sé algo me empujaba hacia ese viaje, pero Juan lo estaba organizando con su novia, bueno el del santuario. Y después de todo lo leído sonaban ecos cerca de mi y me dije porque no me voy yo, tuve un momento de locura y de decidir irme sola, pero al final me dije mejor el organizado, llamé, me apunté y decidí confirmar después de la ruta del camí dels bones homes según como me fuera. Hubo momentos de duda pero al final me lance a la aventura.
Estaba expectante y activa y ya en el aeropuerto me encontre con Amparo, que habíamos hecho juntas las esteles del sur, lo cuál me produjo mucha alegría.
 

Eramos 14, conocía a Amparo y a Amelia de cosas compartidas y volamos hacia Nepal. La impresión de Kathmandú fue incluso más dura que cuando estuve en el Salvador, polvo mucho polvo y todo a medias. Eso si te mueves entre incredula y expectante, Bhaktapur es alucinante limpia y choca de pleno con el resto de Kathmandú. Estuvimos también en la ciudad de los muertos de Kathmandú, Templo Pashupatinath, ya al final del día y también en medio en la estupa de Boudhanath, dónde el ritmo y la sensación de paz impregnaba todo, era como si allí la gente fuera a otra velocidad. Fueron dos días llenos de sensaciones y expectativas por lo que venía y sentía, además de de alimentarnos como si en ello nos fuera la vida. Así llenos de experiencias y más bien sobrealimentados (es interesante ver las fotos de atrás hacia delante) inciamos el treking en autobus hacia Besi Shahar, desde donde iniciariamos la marcha de unas dos horas para nuestra primera noche en un lodge. Pero allí el ritmo es diferente y las 7 horas de autobus pese a que madrugabamos, estabamos a las 6:30 de la mañana listos, se convirtiron en 12 horas entre risas y algún que otro sustillo. 
Dormimos en el primer pueblo, no recuerdo el nombre y ahí ya vimos que no todo iba ser como estaba programdo. Así fueron transcurriendo las jornadas, subiendo en altura poco a poco, durmiendo en pueblecitos llenos de colorido, ya sea en madera en los de menor altitud o en piedra, donde sobre el medio día, nuestra hora de comer empezaba a arreciar el viento hasta el anochecer y ahí entendías lo de las oraciones con las banderitas y los rulos. Una vida dura para los de allí, como es dura para los pueblos pobres, pero que a 3600 metros de altitud tenían su pequeña huerta, eso si muy mayores los veías cargados con grandes fardos de heno. Otra sorpresa grata, es que en esa zona la comunicación era andando y puede que en burro o mula, pero conforme ibamos subiendo estas iban desapareciendo poco a poco, pero aún así el trasiego de gentes que iba de un sitio a otro era impresionante (independientemente de la gente que iba con los trekers), mujeres que iban de visita a otro pueblo, hombres y mujeres que llevabann productos para vender o trasladar a poblaciones de más interior.... era un ir y venir que hacía muy interesante el camino además de que nos permitía utilizar el con sabido Namasté .....
continuaré.......